Mensaje 1°

 A veces te escribo una historia en la que sin ser parte, soy plenamente yo, otras simplemente observo o me miro desde fuera de mi ser, y me vuelco en la botella como si fuera yo misma un mensaje a compartir... Y así va creciendo este blog, como algo íntimo y compartido al descuido, cuidadosamente hablado.
 Un amigo me sugirió que ya no hablara, que simplemente escribiera, porque de hecho, me salen un poco mejor las cosas cuando las pienso de antemano, bue... Eso dicen quienes suelen escucharme, brutal y grosera, descuidada en mis palabras, espontánea por demás, poco sociable y desprolija en el hablar, pero no me dan tiempo las palabras a pensar, a menos que escriba.
 Se me sale todo como a borbotones, como si rebalsara por dentro y derramase todo eso que me da vueltas en la mente (infernal mente) y como si fuera poco, cabezona y testaruda por signo o designio, no lo se.
 Por momentos ausente o distraída, sin metas ni caminos que pueda yo trazar, algo sucedió en algún momento de mi vida por lo que he generado en mi una incapacidad de programar, proyectar o planificar con fines nítidos mi existencia, a veces creo que "ser" debería alcanzar, otras en cambio, la brújula enloquece y me pierdo, en esos momentos no se ni si quiera quien soy, mucho menos a dónde voy, aunque todos sabemos que vamos al mismo lugar, que es ese lugar de donde procedemos, indefinido, incomprensible a nuestra lógica, un lugar al que se llega solo con la fe, no importa cuál sea la que profeses, ahí estaremos pues, antes o después, y pienso, de qué serviría programar, si nos ocultan el reloj que marca nuestra hora de volver a casa, si... volver a casa.
 Recibo tu crítica y acuso, resuena cuando me decís que siempre menciono a la muerte, ¿cómo no hacerlo, si es lo que nos mantiene vivos?. No le temo a morir, le temo a que mueran los que amo, le temo al dolor, pero quién no.
 Lejos estoy de ser una mujer extraordinaria, soy más bien bastante ordinaria, sobre todo en el hablar (volviendo al tema) y ya perdí el hilo y hasta el ovillo de mi relato de hoy... Hoy estoy lejos de mi, tal vez por eso tuve la necesidad de escribirme en la botella, como si fuera una forma de encontrarme, sin la más mínima esperanza de ser leída.
Hoy es domingo. ¿Se entiende?

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