¿Será?
¿Será que tal vez nos cuesta menos acostumbrarnos a la indiferencia que a la atención de alguien que nos sienta especial?
¿Será que es más fácil no ser importante para otro, que sentir el compromiso que los lazos afectivos nos despiertan?
¿Será que nos afecta menos un insulto que un cumplido?
O ¿Será que cuando nos habituamos a la soledad y al rechazo, endurecemos tanto nuestra piel que no permitimos que ningún roce nos provoque cosquillas en el alma?
No lo sé...
A veces incomoda más un "te quiero" que un "andá a cagar".
A veces intimida tanto mirarnos a los ojos que preferimos mantenernos ciegos ante un abrazo.
A veces el silencio y la soledad son la "zona de confort" de la que debemos salir para crecer, aprender, y animarnos a vivir desde el corazón hasta las pieles en compañÃa del otro.
De repente un dÃa puede pasar que bajes la guardia, salgas de tu refugio apurado, y te olvides de ponerle candado a esos barrotes que te "defienden" del amor, y que en ese preciso instante alguien te abrace espiándote el alma por la hendija de tus ojos, y tal vez hasta te bese, entonces el sacudón serÃa tan grande que te asustarÃas por el estruendo que hacen cuando se derrumban todos los prejuicios y los miedos.
¿Será que por eso tememos tanto al amor?
¿Será que nos asusta ese ruido que sentimos dentro cuando se derrumba todo lo que pensamos que tenÃamos tan calculado, estructurado, arraigado y construido?
¿Será que realmente somos tan incapaces de dar-nos?
¿Será que no confiamos ni en nosotros mismos, ni en lo que sentimos, que nos cuesta tanto definirnos en los sentimientos?
¿Será que preferimos vivir en el pasado recordando una y otra vez los desencuentros y las penas?
¿Será que resulta difÃcil aceptar que la vida es hacia adelante y que es posible ser feliz?
¿Será que no nos animamos a sentir?
¿Será que nos enseñaron que no lo merecemos?
¿Será que aprendimos todo mal?
¿Será que no aprendimos nada?
No sé por que se me vienen a la mente todas estas tontas cosas, ni sé por qué pensé que habÃa preguntas que no me volverÃa a hacer...
¿Será el otoño?
¿Será la lluvia?
¿Serán mis miedos?
¿Será que te quiero?
¿Será que es más fácil no ser importante para otro, que sentir el compromiso que los lazos afectivos nos despiertan?
¿Será que nos afecta menos un insulto que un cumplido?
O ¿Será que cuando nos habituamos a la soledad y al rechazo, endurecemos tanto nuestra piel que no permitimos que ningún roce nos provoque cosquillas en el alma?
No lo sé...
A veces incomoda más un "te quiero" que un "andá a cagar".
A veces intimida tanto mirarnos a los ojos que preferimos mantenernos ciegos ante un abrazo.
A veces el silencio y la soledad son la "zona de confort" de la que debemos salir para crecer, aprender, y animarnos a vivir desde el corazón hasta las pieles en compañÃa del otro.
De repente un dÃa puede pasar que bajes la guardia, salgas de tu refugio apurado, y te olvides de ponerle candado a esos barrotes que te "defienden" del amor, y que en ese preciso instante alguien te abrace espiándote el alma por la hendija de tus ojos, y tal vez hasta te bese, entonces el sacudón serÃa tan grande que te asustarÃas por el estruendo que hacen cuando se derrumban todos los prejuicios y los miedos.
¿Será que por eso tememos tanto al amor?
¿Será que nos asusta ese ruido que sentimos dentro cuando se derrumba todo lo que pensamos que tenÃamos tan calculado, estructurado, arraigado y construido?
¿Será que realmente somos tan incapaces de dar-nos?
¿Será que no confiamos ni en nosotros mismos, ni en lo que sentimos, que nos cuesta tanto definirnos en los sentimientos?
¿Será que preferimos vivir en el pasado recordando una y otra vez los desencuentros y las penas?
¿Será que resulta difÃcil aceptar que la vida es hacia adelante y que es posible ser feliz?
¿Será que no nos animamos a sentir?
¿Será que nos enseñaron que no lo merecemos?
¿Será que aprendimos todo mal?
¿Será que no aprendimos nada?
No sé por que se me vienen a la mente todas estas tontas cosas, ni sé por qué pensé que habÃa preguntas que no me volverÃa a hacer...
¿Será el otoño?
¿Será la lluvia?
¿Serán mis miedos?
¿Será que te quiero?