Ternura y pasi贸n
No se si te pasa eso de que, o ternura, o pasi贸n, y no coinciden, y cuando coinciden, ay Dios! nos sentimos las personas mas afortunadas del universo, todo se vuelve m谩s simple, nada nos borra la sonrisa, no hay cansancio que valga, ni inquietud que nos atormente, porque tocamos el cielo con las manos.
La ternura es lo supremo del cari帽o, es una rosa aterciopelada, es el suspiro, son la caricia y el abrazo que cobijan el sue帽o, es el arrope en las noches fr铆as, es la sonrisa condescendiente del c贸mplice amistoso, es la ni帽a tomada de tus manos, es la inocencia del amor.
La pasi贸n es el aliento del alma, es el estallido del pimpollo buscando plenitud, es el jadeo a repetici贸n, son los pu帽os cerrados y los pies tensos, es el palpitar intenso cargado de sudor, es la mirada chispeante de picard铆a, es el fuego del alma viva, es el motor del amor.
Cuando la ternura ocupa todo el espacio, el coraz贸n late lento, tranquilo, sin altibajos, y la tibieza invade el interior de cada ser, la calma parece absurda, y nos sentimos cobijados y seguros como en el vientre materno, pero aburridos. En cambio cuando la pasi贸n es quien gobierna, los ritmos del palpitar son cambiantes, el coraz贸n no encuentra sosiego, siempre sedientos, pasamos del ardor, al fr铆o intenso de la ausencia, nos agotamos, no hay silencio, el tiempo parece pasar muy lento, o demasiado veloz, as铆, ingobernable, arrolladora, es la pasi贸n por si sola.
Bendecidos quienes encuentran las dos cosas y procuran mantener el equilibrio entre la ternura y la pasi贸n, porque de ellos es el reino de los cielos en la tierra...
La ternura contiene lo que la pasi贸n desborda, no deber铆a existir la una sin la otra.
Apasionados de ternura, o ti茅rnamente apasionados, as铆 deber铆amos vivir, as铆 deber铆amos morir.
La ternura es lo supremo del cari帽o, es una rosa aterciopelada, es el suspiro, son la caricia y el abrazo que cobijan el sue帽o, es el arrope en las noches fr铆as, es la sonrisa condescendiente del c贸mplice amistoso, es la ni帽a tomada de tus manos, es la inocencia del amor.
La pasi贸n es el aliento del alma, es el estallido del pimpollo buscando plenitud, es el jadeo a repetici贸n, son los pu帽os cerrados y los pies tensos, es el palpitar intenso cargado de sudor, es la mirada chispeante de picard铆a, es el fuego del alma viva, es el motor del amor.
Cuando la ternura ocupa todo el espacio, el coraz贸n late lento, tranquilo, sin altibajos, y la tibieza invade el interior de cada ser, la calma parece absurda, y nos sentimos cobijados y seguros como en el vientre materno, pero aburridos. En cambio cuando la pasi贸n es quien gobierna, los ritmos del palpitar son cambiantes, el coraz贸n no encuentra sosiego, siempre sedientos, pasamos del ardor, al fr铆o intenso de la ausencia, nos agotamos, no hay silencio, el tiempo parece pasar muy lento, o demasiado veloz, as铆, ingobernable, arrolladora, es la pasi贸n por si sola.
Bendecidos quienes encuentran las dos cosas y procuran mantener el equilibrio entre la ternura y la pasi贸n, porque de ellos es el reino de los cielos en la tierra...
La ternura contiene lo que la pasi贸n desborda, no deber铆a existir la una sin la otra.
Apasionados de ternura, o ti茅rnamente apasionados, as铆 deber铆amos vivir, as铆 deber铆amos morir.