Caminos

 Y de repente un día caemos en la cuenta de que somos el camino y no el peregrino, y que todo lo que esperamos encontrar lo somos de antemano, ese día nos inunda la paz, nos reconocemos inmensos, completos, libres, repletos, abundantes, poderosos, responsables y las distancias se acortan dentro de nosotros mismos, y las subidas ya no son tan fatigosas ni las pendientes peligrosas, es el instante santo en el que nos descubrimos y ya nada vuelve a ser igual a lo que fue, y el tiempo deja de ser peligroso, y el lugar deja de ser importante porque ya lo somos todo, ya somos todos los que fueron y serán, ayer, hoy y mañana, porque ayer, hoy y mañana ya no existen o no importan, son el mismo momento,  porque aquí y allá son el mismo lugar, y ya somos camino, un camino infinito, eterno, sabio, que solo va hacia adelante, donde adelante también es ilusión, porque caminando hacia adelante también podemos volver, y entonces atrás y adelante se transforman en avance, y si, somos caminos cruzándose, caminos que se funden, se esfuman, convergen, se dispersan, caminos paralelos, que confluyen, que se mezclan, que son ruta, pista, senda, y eso... Un día de repente nos damos cuenta que no somos el pié que transita, si no el camino que deja tu huella.

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